miércoles, 22 de octubre de 2014

El Elemento H. (I)

"En serio, no me entiendo ni a mí misma". ¿Cuántas de nosotras hemos soltado esta frase a nuestras mejores amigas?. Cientos, miles, por lo menos una servidora.

Y es que ahora mismo quizá me encuentre en una etapa de mi vida en la que ni chicha ni limoná, que quiero una cosa pero que también quiero la otra, pero claro, no todo se puede tener en esta vida, por desgracia nuestra... Entendéis sobre qué va el tema, ¿verdad? Exacto, ese gran enigma que nos rodea por todas partes, ese que nos trae tantos quebraderos de cabeza (aunque no niego las alegrías): el Elemento H.

Puede ser que una haya pasado por tantas idas y venidas, por tantos amoríos que parecían eternos pero que resultaron efímeros, por tantos batacazos de los que me he tenido que levantar ya por propio orgullo... que creo que he dejado de creer en el amor. Sí, en serio (por mucho que esta afirmación le moleste a nuestra querida Pepita Grillo).

Pero es que cuando lo has dado TODO varias veces, has dejado hasta la última gota de tu esencia en esa última persona que creías que era la definitiva y luego te das cuenta de que no ha servido de nada, que has malgastado el tiempo en NADA... te dan ganas de mandarlo todo a tomar Fanta. Y te empiezas a dar cuenta también de que no te has mimado y querido nada por dárselo todo, y te enfadas y te odias a ti misma y a la otra parte contrayente también por haberlo consentido, por haberlo provocado.

Y dices ¡BASTA YA! Ahora me toca jugar a mí, ahora MANDO YO. Y empiezas a verte mejor día tras día, empiezas a peinarte, ducharte y comer algo (con lo que te das realmente cuenta de que ¡oh, bendita sorpresa, has adelgazado!). Ya sé que parece un cliché típico de Bridget Jones y su diario pero sabemos realmente que es cierto. Y haces caso de un consejo de tu buena y adorable Pig: arréglate, maquíllate y ponte guapa PARA TI. Et voilà! Lo haces y te das cuenta de que ¡oye, no estás tan mal!

Es entonces cuando puede que te veas preparada para lucirte, ya que te has esmerado tanto en arreglarte, que al menos valga la pena, ¿no? Vas a pisar suelo con paso firme y mirada al frente, sonrisa clara y ojos que dicen "Estoy aquí, chicos". Pero esta vez no vas a dejarte caer, esta vez no te van a engatusar. Esta vez, como ya he dicho antes, mandas TÚ, y vas a divertirte y disfrutar mucho, pero que mucho, de ti, de tu cuerpo y alma, de tu sensualidad y poderío, de tu feminidad. Vas a exprimirte al máximo PARA TI, y el que quiera algo, que se lo curre.

...Pero de eso ya hablaremos otro día...



Bolet